Proyecto de apoyo a la defensa de la vida de los pueblos frentea la pandemia del Covid-19 en el Vicariato San José del Amazonas, Loreto, Perú

Fundación Mensajeros de la Paz

 

La situación de emergencia sanitaria a causa de la pandemia del coronavirus se agrava por momentos en la Amazonía del Perú. La red sanitaria estatal está desbordada por las necesidades concretas de tratamientos, oxígeno y material de seguridad para el personal de salud. Después de analizar la situación entre misioneras, misioneros y agentes de pastoral del Vicariato Apostólico de San José del Amazonas en unión a moradores de centros poblados, autoridades locales y profesionales de la salud conocedores de la pandemia, el Vicariato se puso en contacto con la Fundación Mensajeros de la Paz para solicitarnos ayuda para la compra de insumos de salud indispensables.

Las comunidades ribereñas e indígenas, pertenecientes al territorio del Vicariato San José del Amazonas están indefensas frente a la pandemia del COVID-19 por las muchas carencias del sistema de salud pública, a saber:

 

  1. Falta de oxígeno. El oxígeno es prioritario. Las personas están muriendo porque la enfermedad afecta los pulmones y no pueden respirar. Son necesarios cilindros medianos y grandes de oxígeno para casos más graves, con sus implementos; y medianos concentradores de oxígeno con sus respectivos motores de luz y combustible (durante 24 horas) para las comunidades más alejadas en donde es imposible recargar los cilindros.
  2. Falta de medicamentos:

2.1 Para el tratamiento contra el COVID y para el alivio de los síntomas asociados a esta pandemia que serán distribuidos en puestos de salud estratégicos en el territorio y así evitar derivar pacientes de los ríos hacia Iquitos, donde está colapsado el sistema de salud y los focos de contaminación son muy altos.

2.2 Para atender las epidemias habituales de la región: dengue y malaria para así evitar el dislocamiento de estos enfermos a los grandes centros poblados donde se verían expuestos, ellos y su comunidad, al COVID-19.

  1. Mucha exposición al contagio de parte del personal de salud.  Falta de equipos de bioseguridad para la protección de médicos, enfermeros y técnicos de salud, que son la primera línea de lucha contra la pandemia. Son muy pocos los profesionales de salud que trabajan en la selva y muchos de ellos se han contagiado desde que empezó la pandemia.
  2. Falta de diagnóstico. Testear masivamente es importante para controlar la pandemia en los estadios 1 o 2, en sociedades que cuentan con sistemas de salud más implementados y eficaces.  Acá en la selva se da una situación muy diferente: aunque contáramos con pruebas moleculares, el sistema de salud no podría analizarlas a tiempo, debido a que en el país hay pocos laboratorios con capacidad para procesarlas. En estos momentos el resultado de la prueba molecular está demorando 10 días, lo que supone el 75% del tiempo del tratamiento en un paciente sospechoso. La muestra debe ir a Iquitos, e incluso a Lima.

Por otra parte, las pruebas son importantísimas llevarlas a cabo. Agregándole a esto, la falta de resistencia y la baja inmunidad de la población de esta región, fruto de una mal nutrición, mas que pruebas se necesitaban instrumentos de diagnóstico, aparatos concentradores de oxígeno y medicamentos específicos para actuar a tiempo. Por tal motivo ha sido necesario equipar los centros de salud con instrumentos básicos como termómetros pistola, oxímetros portátiles (que permiten evaluar el nivel de la saturación de la sangre), tensiómetros, estetoscopios y otros.

 

 

Beneficiarios directos: personal y pacientes de 2 hospitales rurales, 15 centros de salud y 68 puestos de salud de atención gratuita primaria.

 

La Fundación Mensajeros de la Paz ha colaborado con este proyecto con 20.000 euros.